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domingo, 13 de abril de 2014

FALLECIO JUAN MASIAS SOLANO. MIS CONDOLENCIAS A SU HERMANO MANUEL, NUESTRO COMPADRE, Y FAMILIA.

Como todos nuestros blogs, este tiene un vinculación cercana a lo que ha sido nuestra historia. La que tiene relación con el fallecimiento del querido Juan Masías Solano nació en la década de 1960 y cuando residíamos en la Unidad Vecinal Nro. 3, lugar que está siempre presente en nosotros, porque allí pasó su niñez y juventud mi querida novia eterna Antonieta. Ya estábamos casados y había que ganarse el sustento de mil maneras. Fue ella la que nos dio la mano cuando empezó a darle pensión de comer a un grupo de muchachos universitarios de San Marcos.

Entre estos esforzados jóvenes conocimos al flaco Manuel Masías Solano, pleno de juventud y sueños por forjarse la carrera de abogado. Trabajaba en una imprenta y conocía los secretos del revelado fotográfico, parte de su "chamba" y en la que nos daba la mano. Llegaban puntuales al mediodía con él, entre los que recuerdo con nostalgia el "huanca" Carlos Santillán y que llegó a ser médico y luego hallaríamos ejerciendo su profesión en el Hospital de Policía, en la década de 1980 y cuando nuestro padre tuvo necesidad de internarse por motivos de salud.

No vamos a nombrar a todos, porque fueron muchos. Lo curioso fue que Manuel Masías, piurano y todavía conservando ese acento propio de los norteños como él, congenió con mi esposa y se hizo querer por mi familia. Así conoceríamos a su hermano Juan y tiempo después, cuando tuvo su compromiso con María Cabañas, nos hizo padrinos de Juan Manuel, el ahijado que estuvo presente para despedir a su madrina al viajar con destino a la Vida Eterna. Entenderán entonces que escribir estas palabras, tiene una connotación muy especial para nosotros.

Juanito, el hermano menor del flaco Manuel, estuvo ligado también a los Serván Bernales. Ya nos habíamos convertido en familia y alternábamos las visitas de hogar a hogar. Hubo una querencia real. Los años hicieron el milagro de la buena y verdadera amistad. Se había logrado un fuerte cimiento en el que se elevó un edificio de gran altura pleno de amor y cariño. Nuestras vidas jamás, en el ir y venir de los años, perdió relación. En particular, no he olvidado jamás esos primeros años de tratar a estos jóvenes amigos y haber logrado su respuesta casi de hijos.

Todavía no nos reponemos de nuestro inmenso dolor de perder a mi esposa y a la que ellos, todos, visitaran con Manuel Masías Solano antes de su fallecimiento. Y tuvimos ocasión de ver a Juan, tan igual a su hermano y que se convirtió en amigo y confidente del querido flaquito. Estuvieron en mi hogar con otros hermanos que no teníamos el gusto de conocer y también con el "ahijao" y al que, en esta etapa cibernética tengo el gusto de leerlo en sus dramas de hincha de la "U". ¡Cómo sufrió por su perrito, de igual destino y que partió a donde le corresponde ir.

Hemos sentido la "pegada" por la temprana desaparición de Juan Masías Solano. Surge en estas circunstancias un dolor sentimental, netamente familiar. Manuel radica en los Estados Unidos y fue a visitar a su hermano que radica en Piura. Me confesó desconsolado la triste verdad y no hubo mas que esperar lo que tenía que suceder. Ojalá se pudiera menguar aquel dolor. Es imposible. Sólo el tiempo lo acalla. Ya está al lado del Señor, de sus padres y de quienes lo antecedieron en este doloroso viaje al infinito. Juanito, querido muchachón: DESCANSA EN PAZ. Gracias.


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