Luisa Popovich Arce |
No somos eternos. Podemos llegar a la longevidad, pero siempre hay un límite y esto es lo que pasó con mi gran amiga Luisa Popovich Arce. Una extraordinaria cantante lírica y con el don que caracteriza a las buenas sopranos ligero que ha dado Lima. La conocimos en la década de 1960 en Radio Luz, emisora de carácter católico y que cedía su auditorio para los ensayos del Coro Filarmónico de Lima. Voces de damas y caballeros que lindaban con la armonía y el buen sonar de música coral.
Mis condolencias para Angélica y Josefina Fernández Dávila Popovich, que la supieron acompañar en toda su vida y que mitigaron sus penas con el cariño propio de hijas nobles y generosas. Igualmente a esa nieta que conocí en su velatorio, Cristina Torres, y a la que agradezco nos haya hecho conocer la infausta noticia. Ha sido una prolongada enfermedad que la aquejó dolorosamente en los sus últimos tres meses de vida. Para este reseñador, Lucha no ha muerto. La he recordado siempre y esto seguirá igual.
Por que lo que manifiesto es muy cierto. Las canciones con las que se lucía Luchita Popovich en sus mejores tiempos, nos acompañan eternamente con su voz y las de otros cancionistas del repertorio lírico ligero. Cada vez que identificamos una canción, si es que esta tiene relación con su repertorio, inmediatamente desde nuestro subconciente la evocamos. Y esto continuará aún más, porque nos identificamos con ella y logramos una eterna amistad.
Aquel programa "Musiencuentros", que producimos en Radio Nacional del Perú durante tres años y con una sintonía increíble, sirvió para que miles de seguidores gozaran con las grabaciones de Luisa Popovich Arce. Formó un cuarteto de finas damas con Rosita Yuta de Castro, Inés Jiménez de Eguiluz y Juanita Kanashiro. Se mantuvo durante largo tiempo y ya ausentes del micrófono, en casa de cada una de estas inseparables amigas. Luchita se une al camino que tomó Inés Jiménez de Eguiluz.
Estuvimos en su velatorio y tuvimos ocasión de manifestar nuestro pesar, a los miembros de su digna familia. Sentimos el impacto de verla descansar en su último lecho y la encomendamos a nuestro gran Dios para que la reciba en su seno. Reiteramos aquí nuestras condolencias y, al margen del dolor que nos embarga, pudimos conocer a su familia y charlar y recordar tiempos mejores. Hoy a la Una de la tarde se llevará a efecto la sepultura de sus restos en Campo Fe de la Molina.
Un último párrafo para despedirnos de esta amiga. Es sólo un hasta luego. Porque es Ley de la Vida, el pasar a la etapa siguiente, aquella que nos da oportunidad de la Vida Eterna. Luisa Popovich Arce, se metió en nuestro corazón y nos regaló su hermosa amistad que guardaremos para siempre. Su voz y sus canciones, viven en nuestros recuerdos y seguirán allí, permitiéndonos prolongar con mayor cariño todo aquel tiempo que nos tocó compartir en medio del arte musical. Descansa en Paz. Gracias.